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Universos de Barceló

Nacido en 1957 en Mallorca, Miquel Barceló, es sin duda uno de los pintores hispanos más cotizados en la actualidad; un artista que ha alcanzado muy joven el reconocimiento internacional y con una obra compleja y variada, algo que ha hecho afirmar a los expertos que “existen varios Barceló”.

Seacex, sociedad española para acción cultural en el exterior, ha organizado una muestra de este artista, que actualmente se presenta en Sao Paulo (Brasil) y luego se verá en Canberra (Australia) y en Monterrey (México).

Con 46 años, Barceló fue premiado en 2003 con el Príncipe de Asturias de las Artes; es el más joven ganador de este título.

Para el artista mallorquín ha sido gratificante volver ahora a la ciudad brasileña de Sao Paulo, pues en ella expuso, en la Bienal, en 1981, en el momento en que empezaba a obtener el pleno reconocimiento de la crítica internacional.

Esa fama le aupó de forma arrolladora a raíz de su participación en la Documenta de Kassel (Alemania) en 1982: Y a partir de esta fecha su vida ha sido un continuo peregrinaje, que le ha llevado por España, Italia y Francia, Estados Unidos o lo ha conducido por las arenas del Sahara, largo periplo que le sirvió tal vez para hacer muchos de sus mejores temas.

En ese maremagno, Barceló ha sabido mantener el pulso de una fama muy prematura y continuar con un trabajo variado, que se expande como si se tratase de una espiral. Sus temas se retoman años más tarde, sin que ello provoque un insulso sabor de repetición. En alguna medida es él un emblema de una generación de artistas que han dado intensidad y nuevas salidas al arte español de las dos últimas décadas.

BIOGRAFÍA

Nació en Felanitx (Mallorca) el 8 de enero de 1957 y se inclinó hacia la pintura desde niño, apoyado por el ambiente familiar. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca y a los 16 años se instaló en Barcelona, donde comenzó los estudios de Bellas Artes. Pero pronto dejó de acudir a clase porque ya “no le interesaba”. Aprendía más en lecturas y viajes, donde se familiarizó con las últimas tendencias, interesándose por gentes provenientes del surrealismo, el informalismo, etc.

Alternó sus investigaciones artísticas con acciones políticas y ecologistas, como en 1977, cuando participó en la ocupación de una pequeña isla de las Baleares, Dragonera, para evitar su urbanización.

Expuso desde 1977 en Mallorca y Barcelona, en un tiempo en que se interesó por gentes como Klee, Dubuffet o Tapies, pero quien más le influiría entonces fue Pollock, con sus técnicas de dripping.

El gran reconocimiento le llegó tras participar en la Bienal de Sao Paulo de 1981 y en la Documenta de Kassel de 1982. Desde allí, su reputación de artista consagrado se extendió por Europa y América, figurando sus obras en museos de arte contemporáneo y entre las mejores colecciones privadas. Ha expuesto en primeras galerías y museos de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, etc. y sus obras figuran en diversos grandes museos de todo el mundo.

Una de sus principales señas de identidad es el tratamiento de la materia pictórica, el empaste de pintura que satura sus lienzos para lograr efectos de relieve y diferentes matices de color que se pueden apreciar dependiendo del punto de situación desde el que se contemple cada obra.

Sin embargo, esta no es su única línea, en su estancia en Malí(1988), pinto mucho sobre papel utilizando pigmentos naturales del territorio y barros fluviales. A su regreso a Europa trabajó paisajes desérticos y espejismos. En esta época hizo unas magníficas obras donde captó una nueva luz de forma magistral.

La naturaleza del desierto sugirió a Barceló una nueva esencia de las cosas; comprobó que la violencia de aquella luz borraba la definición de la realidad creando espacios imaginarios. “La luz en el desierto –dijo- es tan intensa que las cosas desaparecen y las sombras tienen más fuerza que las cosas mismas; lo que no es tiene más intensidad que lo que es”.

El mar es otro espacio que ha subyugado a Barceló. Es lógico. En su trayectoria siempre se ha interesado por los procesos naturales, sean espacios o sea la propia vida, la descomposición orgánica o la muerte.

Es un artista que vaga por el orbe y trabaja: Durante temporadas ha trabajado en lugares como Mallorca, Nápoles, Vilanova de Mifontes(Portugal), Malí, Nueva York... y sobre todo París. Y trabaja en curiosos proyectos, como la cúpula del Mercado de las Flores de Barcelona, la Catedral de Palma de Mallorca o la iglesia de Santa Eulalia dei Catalani, en Palermo, Italia.

En octubre de 1998, en Palermo, el artista se instaló en una iglesia en desuso, Santa Eulalia dei Catalani, llevando su mundo de tierras, mares y mitos a las paredes del humilde templo.

Con su juventud, Barceló puede ufanarse de una obra variopinta que incluye también decorados para ópera, murales, grabados, ilustraciones para libros -la última, la "Divina Comedia" de Dante-, esculturas, etc.

EN BRASIL.

La exposición de Barceló en la Pinacoteca de Sao Paulo, ha sido organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, dentro de su programa Arte Español para el Exterior, coproducido con la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX), e incluye 47 obras, algunas realizadas hace sólo meses.

Esta muestra permite conocer cómo y cuál ha sido el proceso creativo y reflexivo de este artista polifacético, cuya obra –según aseguró en Brasil- está en permanente elaboración y cambio. "Nunca concluye, una obra me lleva a otra, y siempre veo los cuadros que están delante", dijo.

La exposición se abre con un inmenso cuadro de un gorila blanco, inspirado en Copito de Nieve, recientemente fallecido en el zoológico de Barcelona. "Él estaba en una jaula con sus artilugios básicos, como una rueda que le servía de columpio, y eso es lo mismo que yo hago en el estudio, también encerrado con mis cosas", argumentó con humor.

La muestra incluye cuadros y obra sobre papel, como la de sus viajes a África y los bodegones, en los que disecciona la naturaleza, con animales abiertos en canal, y experimenta con toda clase de materiales, incluso orgánicos. "Dicen que soy matérico, pero no es eso, es que vivimos en un momento tan virtual, tan inexistente, que tienes que exagerar para que se vea que es pintura, que no es algo irreal", recalcó.

La exposición se completa con pinturas inspiradas en su mar Mediterráneo, el mar que circunda su tierra natal; con sus inmensos cuadros de sus últimos años, marinas azules y blancas que parecen telas en movimiento. Tomás Alvarez

En Barceló conviven varias ricas vetas pictórcas, singularmente una de sabor africano. composición de guiarte.com

En Barceló conviven varias ricas vetas pictórcas, singularmente una de sabor africano. composición de guiarte.com

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