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ARTE Y PALABRA POR LA PAZ

Artistas y coleccionistas gallegos en solidaridad con el puebli palestino. El 15 de Mayo de 2002, la Fundación Araguaney con sede en Santiago de Compostela presenta la exposición Arte y Palabra por la Paz.

La muestra, que concluirá el 30 del mismo mes, recoge la obra donada por artistas y coleccionistas gallegos, así como la publicación que reúne la opinión de personajes procedentes del mundo de la cultura del panorama nacional e internacional sobre la actual situación en Palestina. Los fondos obtenidos de la venta de estas obras serán destinados a Cruz Roja y Media Luna Roja en beneficio del pueblo palestino.

Esta actividad se suma a las anteriores ya realizadas por la misma entidad y que han girado alrededor de un común denominador: el actual estado del conflicto arabe-israelí. Así se podrían citar la publicación del libro en Febrero de 2002, Palestina: crónica de una injusticia, escrito por el presidente de la Fundación Ghaleb Jaber Ibrahim; la colaboración con la Coordinadora Galega pola Paz en la manifestación celebrada el 21 de Abril en la capital gallega reivindicando la justicia para un pueblo oprimido; numerosas fueron también las conferencias y exposiciones basadas en material audiovisual sobre la I Intifada en distintos centros de enseñanza, asociaciones culturales, etc.; y sobre todo, la creación del Araguaney de Oro, cuyo galardonado este año será Miguel Angel Moratinos por su intervención en las negociaciones de paz (debiéramos decir que este premio, que iba a ser entregado el 8 de mayo, ha sido postergado dado el transcurso de los acontecimientos).

Además, de reciente creación ha sido también la página web: www.fundacionpalestina.com, donde y a través del foro, la gente puede acercarse, emitir una opinión o sencillamente seguir los hechos día a día del conflicto.

Las raíces del conflicto palestino-israelí se hunden en la historia, pero el conflicto contemporáneo es un recorrido por los avatares del siglo XX. Por el escenario han desfilado desde hace dos mil años judíos, romanos, árabes, cruzados, otomanos, británicos, franceses y las dos superpotencias de la guerra fría, Estados Unidos y la Unión Soviética, que apadrinaron a Israél y árabes radicales, respectivamente. Pero el conflicto es entre judíos, que en 1948 fundaron su Estado, tras la emoción suscitada por el holocausto, y palestinos, que no tienen Estado. Una vez acabada la guerra fría, y después de cinco conflictos armados, parecía que había llegado el momento del entendimiento. El proceso iniciado en 1993, con el demócrata Bill Clinton en la Casa Blanca, rozó la paz. Pero fue un espejismo. Bajo el fuego cruzado de los radicales de ambos bandos, la negociación abierta por el líder palestino, Yasser Arafat, y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin, asesinado en 1995 por un extremista judío, se había estancado.

El estallido de la II Intifada palestina, después del paseo de Ariel Sharon por la explanada de las Mezquitas el 28 de septiembre de 2000, interpretado por los palestinos como una provocación; el triunfo electoral en EE.UU. de George W. Bush, que optó por la pasividad diplomática, y la llegada al poder, en febrero de 2001, del líder del Likud, Sharon, partidario de dar prioridad a las cuestiones de seguridad sobre las negociaciones de paz, ha paralizado totalmente el proceso de paz. Sharon se dice convencido de que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina no pretende negociar, sino regresar a la situación anterior a 1948 y destruir el Estado de Israel.

Ahora, los palestinos soportan una ofensiva militar israelí de enormes proporciones. La gran mayoría de los asesinados y heridos eran –y están siendo- civiles que no servían en los cuerpos de seguridad ni de policía de la Autoridad Palestina. Niños, mujeres y refugiados son objeto de ataques indiscriminados, en contravención del derecho internacional, que les otorga un régimen de protección especial. Para los observadores de la situación de los derechos humanos, son especialmente chocantes las redadas masivas realizadas contra hombres palestinos de entre 14 y 50 años; niños incluidos, el pueblo palestino está siendo arbitrariamente detenido y enviado a campos de detención situados fuera de sus lugares de residencia. Durante los arrestos, se están empleado métodos de detención inhumanos y degradantes, incluyendo el vendaje de los ojos, registros personales, y la impresión de números en los brazos de los detenidos.

Se ha sufrido la destrucción a gran escala de propiedad civil, incluyendo hogares, lugares de culto, hospitales, ambulatorios, ambulancias, escuelas y universidades, iglesias y mezquitas, incluso de la red eléctrica y de distribución del agua, todo ello en una escala igualada en época reciente tan sólo en el caso de los Balcanes.

Por y para todos estos bienes, primero humanos y después materiales, se crea ahora esta iniciativa desde la Fundación Araguaney: la exposición Arte y Palabra por la Paz.

Y a esta iniciativa se han sumado artistas gallegos, tanto los ya consagrados como Jorge Barbi, Menchu Lamas, Antón Patiño, Xaime Quessada, Enrique Velasco, Antón Sobral, y Acisclo Manzano, así como los tildados de “jóvenes valores” tales como Itziar Ezquieta, Marta Prieto, Monica Trastoy, Carmen Hermo o Xaime Quesada. La fotografía ocupa además su pequeño lugar con los ya renombrados Xurxo Lobato, Vari Caramés o Xoan Piñón. Todos ellos, y hasta un total de 38 obras, han querido aportar con el producto de su trabajo, un incentivo que rompiese con el aislamiento de la lejanía al conflicto.

Además del arte, otro tipo de donación se ve aquí reflejada, el de la palabra, aquella que ha roto el silencio de occidente en la edición de un libro de raíces pacifistas conmemorando el acontecimiento. Entre los 14 textos que se incluyen se encuentran plumas procedentes del mundo periodístico como Ignacio Ramonet (director de Le Monde Diplomatique) o Carlos Llamas (Director de Hora 25. Cadena Ser); escritores y poetas tales como Lino Braxe, Ignacio Castro, María Luisa Castro, Juan Goytisolo, Manuel Vázquez Montalbán o Manuel Rivas; filósofos de la talla de Josep Ramoneda; directores de cine (Jose Luis Guerín), críticos de arte (Tania Pagola y Antón Castro)… Y sin olvidarnos de los propios implicados, debiéramos mencionar a Hana Ashrawi (Comisionada de Medios de Comunicación de la Liga Árabe y Secretaria General de la Iniciativa Palestina de Promoción del Diálogo y la Democracia Mundiales), Uri Avnery (Pacifista israelí), Khader Shkirat (Director de LAW, The Palestinian Society for the Protection of Human Rights and the Environment –organización palestina de Derechos Humanos con sede en Jerusalén-), Eward Said (Ensayista palestino y profesor de Literatura Comparada de la Universidad de Columbia) y Abdel Aziz el Mountassir (actor y peón de la construcción en la película En Construcción). Cualquiera de ellos, bien en solitario, bien conjuntamente, han dedicado sus pensamiento escritos a favor del entendimiento entre pueblos.

Coleccionistas privados, artistas y pensadores, pinceles, cámaras fotográficas, cinceles y plumas… todos los participantes han querido unirse en esta ocasión al Dr. Ghaleb Jaber Ibrahim, médico y empresario palestino afincado en la capital gallega desde hace 32 años, que, como Presidente del Grupo de Empresas y Fundación Araguaney, además de asesor de la Delegación en España de la Autoridad Nacional Palestina, crea ahora una nueva iniciativa que intente aportar, aunque pequeña, una semilla al proceso de paz, pues como en sus propias palabras se puede entrever “… ha llegado la hora de la paz, un objetivo por el que los palestinos llevamos décadas luchando y haciendo concesiones que ningún otro pueblo del mundo haría. Es también la hora de la justicia, de la verdad y de las soluciones efectivas para que al Pueblo Palestino se le devuelva lo que legítimamente le pertenece: su tierra y su libertad”.

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