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Joan Miró. La luz de la noche

Ibiza, 23 de junio de 2014
Miró utilizó a lo largo de su vida soportes y técnicas muy diversos, como tela, masonita, papel, cartón, plástico, madera, así como óleo, esmalte, tinta china, acuarela, gouache, cera, lápiz, carbón, etc. Se interesó por el material de desecho y por los objetos de procedencia humilde. Toda esta inmensa variedad de técnicas y soportes se halla representada en un corpus que nos muestra al genio en todo su esplendor y que permite constatar ese espíritu innovador y transgresor que lo ha erigido en un icono no solo del siglo XX sino de toda la Historia del arte.

Joan Miró. La luz de la noche. Obras de las décadas de 1960 y 1970 se exhibirá en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza y, posteriormente, en El Roser, en Ciutadella de Menorca —la presencia por vez primera de la obra de Miró en ambas islas le confiere un aura de excepcionalidad—, para acabar su periplo en Palma de Mallorca, en la Fundación que lleva su nombre.

Miró mantuvo una relación muy estrecha con Mallorca a lo largo de toda su vida. Su madre Dolors Ferrà, al igual que sus abuelos maternos eran mallorquines. Este vínculo familiar hizo que Miró pasara muchos veranos en Mallorca. Durante esas estancias veraniegas, Miró realizaba dibujos de paisajes y de edificios emblemáticos, como La Llotja, el castillo de Bellver, los molinos de viento y las marinas.

Estos lugares le permitían vivir y trabajar inmerso en una naturaleza aún incontaminada. El contacto directo con la tierra, le permitía absorber su energía, como si de un árbol se tratara.

En 1920 Miró realiza su primer viaje a París, un punto de inflexión en su vida que expresaría en numerosas ocasiones: "La estancia en París me ha abierto un mundo de ideas, y ahora con la tranquilidad excitante del campo me lanzo a trabajar apasionadamente [...] mi ideal, París y el campo de Cataluña (naturalmente, el de Mallorca también)".

En 1940, los bombardeos nazis obligaron a Miró a abandonar Francia y a buscar refugio en Mallorca. Durante su estancia en la isla, hasta el otoño de 1942, Miró desarrolló un interés por la música y siguió cultivando su interés por la poesía. Además, continuó pintando la serie de las Constelaciones.

En 1954, Miró deja Barcelona para trasladarse a vivir definitivamente a Mallorca: "Este país es maravilloso... Estamos a punto de comprar una casa cerca de Palma en un espléndido terreno. Dividir mi tiempo entre aquí [Mallorca] y París, y de vez en cuando hacer un viaje a Nueva York, sería ideal para el trabajo y la salud."

En Mallorca, en 1956, Miró vio materializado su sueño de contar con un taller propio. Durante los años de construcción de su taller y hasta finales de los años cincuenta, Miró prácticamente abandonó la pintura y se dedicó casi exclusivamente a la cerámica, el grabado y la litografía. Este traslado al nuevo taller le llevó a revisar antiguas telas y cuadernos de dibujos. Miró lo recordaba así: "En el nuevo estudio tuve espacio suficiente por primera vez. Pude desembalar cajas que contenían obras realizadas muchos años atrás [...] Cuando saqué todo ello, en Mallorca, comencé a hacer mi autocrítica [...] Fui despiadado conmigo mismo. Destrocé muchas telas, y sobre todo muchos dibujos y gouaches."

Esta revisión debió de tener repercusiones positivas en su creación plástica. La abundante producción pictórica de los años sesenta se caracteriza por su fuerza y expresividad, tal vez, como consecuencia de su conocimiento del Expresionismo Abstracto americano y del arte y caligrafía orientales.

Mallorca fue un jardín fecundo que cultivó con esmero, por utilizar la metáfora del propio artista que afirmaba: “Yo trabajo como un jardinero”. En su madurez, Miró siguió creando infatigablemente, así lo atestigua la cantidad y calidad de su producción artística y la multitud de proyectos en los que trabajó: Pintura, escultura, proyectos de arte público, obra gráfica, cerámica, murales, vidrieras, tapices, así como decorados y vestuario para teatro.

En 1962, Miró comenzó a pensar en instalar su propio taller de grabado en Palma. Esto le permitió continuar haciendo realidad su deseo de aproximar su arte al gran público. Por un lado, la producción seriada de obra gráfica hizo su arte más asequible. Por otro lado, los numerosos proyectos de arte público que proyectó ampliaron considerablemente su difusión.

Las semillas sembradas por Miró a lo largo de toda una vida siguieron diseminando sus frutos más allá de su fallecimiento, el 25 de diciembre de 1983, en su casa de Son Abrines, en Palma de Mallorca.

Joan Miró. La luz de la noche. Obras de las décadas de 1960 y 1970
Hasta el 15 de agosto de 2014
Museu d’Art Contemporani d’Eivissa

2 + 5= 7, 1965. Oli damunt llenç. Successió Miró, 2014

2 + 5= 7, 1965. Oli damunt llenç. Successió Miró, 2014

FEMMES ET OISEAUX II, 1969. Oli damunt llenç. Successió Miró, 2014

FEMMES ET OISEAUX II, 1969. Oli damunt llenç. Successió Miró, 2014

FEMME, OISEAUX, CONSTELLATIONS, 1976. Oli damunt llenç. Successió Miró, 2014

FEMME, OISEAUX, CONSTELLATIONS, 1976. Oli damunt llenç. Successió Miró, 2014

APRÈS LES CONSTELLATIONS, 1941-1976. Oli i llapis damunt masonita. Successió Miró, 2014

APRÈS LES CONSTELLATIONS, 1941-1976. Oli i llapis damunt masonita. Successió Miró, 2014

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