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Carpeaux en el Museo d`Orsay

París, 14 de julio de 2014
La figura de Carpeaux constituye una de las más perfectas encarnaciones de la idea romántica del artista maldito: por la brevedad de su carrera, concentrada en quince años, por la violencia y la pasión de una labor sin tregua, y por los temas que eligió y se le encargaron.

Jean-Baptiste Carpeaux, hijo de un albañil y de una encajera de Valenciennes, se edificó un destino excepcional. Este artista polifacético esculpió como nadie la grandeza de las emociones y la belleza y dinamismo de la anatomía humana, capturando la carne y la sangre en la piedra.

Escultor de la sonrisa y pintor del movimiento, este notable retratista y dibujante habitual de la corte de las Tullerías, Carpeaux se trata de una de las figuras de mayor relevancia de la escultura francesa de la segunda mitad del siglo XIX.

Carpeaux nació en 1827 en Valenciennes. Durante toda su vida padeció enfermedades físicas graves y violentos cambios de humor, sólo tenía 48 años cuando murió. A pesar de esta corta carrera, fue extraordinariamente productivo, y realizó una gran cantidad de obras, todas ellas de una calidad excepcional.

Instalado en París con su familia en 1838, Carpeaux ingresó en la Escuela de Bellas Artes en 1844, donde recibe una beca de su ciudad natal para estudiar de 1845 a 1854. Se matrícula como alumno de François Rude, figura del romanticismo y escultor de la Marsellesa del Arco de Triunfo de la plaza de la Estrella, pero personna non grata en la Escuela.

El concurso anual para el premio de Roma, principal reto en la perspectiva de una carrera parisina es, desde el principio, objetivo del joven Carpeaux. Los galardonados se van a Roma, para una estancia de cuatro años en la Academia de Francia de la Villa Médicis, con el fin de perfeccionar su formación al contacto de las obras maestras de la Antigüedad y del arte italiano.

Tras varios intentos sin resultado, elige dejar la enseñanza de Rude en beneficio a la del profesor Francisque Duret, que le promete el éxito en dos años. En septiembre de 1854, Carpeaux obtiene el gran premio de Escultura con Hector implorando a los dioses en favor de su hijo Astianacte.

Estancia en Italia
Carpeaux llega a Roma en 1856, con casi dos años de retraso, poniéndose de este modo desde el principio en una situación delicada, respecto al director de la Villa Médicis, el pintor Victor Schnetz.

En la Academia estrecha fuertes amistades con algunos colegas suyos, como el escultor Alexandre Falguière; juntos exploran, sin tregua, la ciudad y sus alrededores.

Roma es para Carpeaux una fuente de múltiples revelaciones, sobre todo Miguel Ángel, por el que siente de inmediato una devoción absoluta. La vida del pueblo italiano le inspira numerosos estudios en vivo.

Ugolino
Los escultores en pensión de la Villa Médicis tenían que modelar el boceto de su último envío en su cuarto año en Italia, para posteriormente pasarlo a mármol. Carpeaux imagina un grupo procedente del canto XXXIII del Infierno de Dante: Ugolino della Gherardesca, tirano de Pisa en el siglo XIII, condenado por su rival, el arzobispo Ruggiero Ubaldini a ser amurallado vivo con sus hijos y sus nietos, en una torre. Allí, Ugolino devora a su descendencia, antes de morir de hambre.

Carpeaux fusiona en su grupo la terribilità del relato dantesco y la inspiración miguelangelesca, a la vez que se inspira en una famosa obra de la Antigüedad, el Laoconte.

De 1858 a 1861, Ugolino tiene un génesis difícil. Diseñado primero como un bajorrelieve, se convierte en un grupo formado por tres y después cinco figuras, en contra del reglamento de la Academia. El director, aunque sensible al valor del boceto, se opone con firmeza, provocando la obstinada resistencia de Carpeaux, obligado a abandonar el modelado en diciembre de 1858. Carpeaux llega sin embargo a convencerle de dejarle acabar su escultura.

Carpeaux viaja a París en 1860, donde solicita una prolongación por dos años. De vuelta a Roma, trabaja febrilmente en su grupo. La acogida del yeso en París, en 1862, no está a la altura de sus expectativas. Indignado por las observaciones de la Academia transmitidas por la prensa, y por la pobreza del material encargado para su obra, Carpeaux consigue, tras duras negociaciones, la fundición de un bronce.

La decoración del Louvre
Amenazado de ruina, el pabellón de Flore fue derrumbado y reconstruido por el arquitecto del nuevo Louvre de Napoleón III, Hector Lefuel, para alojar los apartamentos del príncipe imperial.

Gracias al éxito de Ugolino, Carpeaux obtiene, en 1864, el encargo de la decoración de la coronación de la fachada Sur, lado Sena: un frontón adornado con figuras alegóricas, La Francia imperial llevando la luz por el mundo y protegiendo la Agricultura y la Ciencia, un relieve en el ático, Flore, junto a un friso de niños llevando palmas.

El escultor realiza numerosos bocetos para la colocación de las figuras del frontón, inspirándose, en las alegorías del Día y la Noche esculpidas por Miguel Ángel para las tumbas de los Médicis en Florencia. El trabajo de Carpeaux pasa finalmente, de una composición inspirada por el Renacimiento, a una figura sonriente y rubeniana, que sobresale de su marco, como si tuviera vida própia.

Descontento por el saliente de la figura, considerando que perjudica la ordenación de su proyecto, Lefuel amenaza a Carpeaux con cortar la cabeza de su figura. El escultor solicita el arbitraje del emperador y sale vencedor.

En 1866 el conjunto de la decoración imaginada por Carpeaux confirma su fama.

Watteau
El monumento al pintor Jean-Antoine Watteau (1684-1721), nativo de Valenciennes, es un proyecto que ocupa la mente y el tiempo de Carpeaux durante parte importante de su carrera.

Desde su estancia en Roma, el escultor piensa en la manera de expresar su reconocimiento a su ciudad natal, que le otorgó una beca.

Presenta su proyecto al alcalde en 1860: una fuente dominada por la estatua en pie de Watteau. No pide ninguna remuneración, excepto el reembolso de los gastos, deseando ejecutar la estatua en mármol.

Como la mayoría de los proyectos monumentales del escultor, la estatua de Watteau vive diversas peripecias, incluida la destrucción de un modelo de yeso, en un exceso de decepción.

La lentitud de las decisiones de la ciudad no frena el ardor de Carpeaux en promocionar incansablemente su proyecto, entre 1869 y 1874.

Cuatro años después de su muerte, en 1879, se inaugura el monumento, fundido en bronce, al pie de la iglesia Saint-Géry y no en la ubicación soñada por Carpeaux, en la Place d'Armes.

En la corte imperial
Carpeaux fue particularmente apreciado por los soberanos. La emperatriz Eugenia adquiere los dos mármoles del Pescador con concha y de la Joven con la concha, Napoleón III defiende el relieve de Flore, en contra de la opinión del arquitecto del pabellón de Flore.

En 1864, Carpeaux da lecciones de dibujo y de modelado al príncipe Luis Eugenio Napoleón, hijo único de Napoleón III y de la emperatriz Eugenia, nacido en 1856.

La pareja imperial accede a la propuesta de Carpeaux de realizar el retrato del príncipe heredero de la dinastía. Como la soberana quería un busto y el emperador una estatua en pie, Carpeaux emprende ambas obras durante la primavera de 1865.

La estatua rompe con las representaciones de los niños príncipes, poniendo de relieve la accesibilidad del joven príncipe, representado como un niño de la alta sociedad, vestido con un elegante traje civil, acompañado por Nero, el perro del emperador.

Carpeaux comentaría de su obra: "mi estatua del príncipe imperial será una bella huella de los tiempos modernos para el futuro, en ella pongo todo mi conocimiento, toda mi vida; será un escalón en mi gloria".

Carpeaux visto por el mismo
Pocos escultores del siglo XIX han dejado tantos autorretratos como Carpeaux. Durante toda su vida, pinta su rostro, con regularidad, a menudo sin concesión, de la juventud llena de futuro a la introspección desesperada de los últimos años. La mirada, siempre grave, de estas pinturas o de estos dibujos, demuestra esta compleja personalidad, que se balancea constantemente entre el entusiasmo y el decaimiento.

La Danza
En 1861, el joven arquitecto Charles Garnier gana el concurso para la nueva ópera. Dos años después, recurre a Carpeaux, su condiscípulo de la Pequeña Escuela, para uno de los cuatro grupos de tres personajes que debe proporcionar ritmo a la parte inferior de la fachada.

Garnier rechaza la primera propuesta del escultor y le pide que reflexione en torno al tema de la danza. Entonces, Carpeaux propone un proyecto que incluye nueve figuras, cuyo relieve no respeta la ordenación de la fachada. Garnier acepta sin embargo este atrevido corro de bacantes, alrededor de un genio central.

Carpeaux mezcla con libertad fuentes antiguas y observaciones contemporáneas, multiplicando los estudios dibujados. Un verdadero equipo trabaja durante el año 1868 y comienzos de 1869, con la contribución del propio de Carpeaux que maneja compás y cincel.

Al desvelarse la fachada de la ópera en 1869, llegan de inmediato reacciones ofendidas por el realismo y la desnudez de las figuras, y la crítica carga contra Carpeaux. Durante la noche del 26 al 27 de agosto, una botella de tinta fue lanzada contra el grupo. Ante la amplitud de las protestas, la administración y el propio Garnier deciden retirar el grupo, ante la desesperación de Carpeaux, que se niega a crear otro: se realiza un encargo al escultor Charles Gumery.

La guerra de 1870, la caída del Segundo Imperio y posteriormente la muerte de Carpeaux en 1875, salvan al grupo de la Danza de ser desmontado.

En 1964, el escultor Paul Belmondo realizó una copia, y la piedra fue desplazada al museo del Louvre, y posteriormente trasladada al museo d`Orsay en 1986.

La fuente del Observatorio
En 1867, el barón Haussmann pide al arquitecto Gabriel Davioud, director de las obras del Ayuntamiento, que conciba una fuente en la extremidad Sur de la avenida del Observatorio. Davioud propone encargar el grupo a Carpeaux y los caballos marinos a Emmanuel Fremiet.

Carpeaux representa las cuatro partes del mundo, África, América, Asia y Europa, sosteniendo la esfera celeste.

Carpeaux estudia primero los tipos étnicos, utilizando para África y Asia modelos vivos, que trata primero en busto. Las ediciones que realiza rápidamente demuestran su éxito inmediato.

La guerra de 1870 y la Comuna interrumpen el trabajo de Carpeaux, que no entrega el modelo del tamaño de ejecución hasta 1872. La crítica del Salón se encarniza contra el grupo: "cuatro mujeres desvestidas, desgarbadas, forcejean como atontadas y furiosas, bajo un gran globo que no sostienen. Este estilo desaliñado es desde luego intolerable, en obras destinadas al aire libre".

El bronce fue fundido en 1874, sin tener en cuenta la voluntad de Carpeaux de patinar las figuras de forma que evocasen el color de la piel de las alegorías.

Carpeaux (1827-1875), un escultor para el Imperio
Museo d`Orsay
62, rue de Lille. Paris
Hasta el 28 de septiembre de 2014

Jean-Baptiste Carpeaux. Pescador con concha. Image courtesy of the National Gallery of Art, Washington

Jean-Baptiste Carpeaux. Pescador con concha. Image courtesy of the National Gallery of Art, Washington

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) El Triunfo de Flora, también llamado Flora Hacia 1866

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) El Triunfo de Flora, también llamado Flora Hacia 1866

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Ugolin, dit aussi Ugolin et ses fils 1863

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Ugolin, dit aussi Ugolin et ses fils 1863

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Le Prince impérial et le chien Néro 1866 Marbre

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Le Prince impérial et le chien Néro 1866 Marbre

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) La Danse 1869

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) La Danse 1869

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Las cuatro partes del mundo sosteniendo la esfera celeste Hacia 1872

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Las cuatro partes del mundo sosteniendo la esfera celeste Hacia 1872

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Cabeza de la estatua de Watteau Hacia 1867-1869

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Cabeza de la estatua de Watteau Hacia 1867-1869

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Filoctetes en la isla de Lemnos 1852

Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875) Filoctetes en la isla de Lemnos 1852

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